Todo libro propone al lector un recorrido a través de sus páginas. Alejandro Spiegel explícitamente define el suyo al decir que pretende que "supere las abstracciones y los buenos deseos y que permanentemente se vincule con todas las ventajas y complejidades de la realidad". Spiegel invita a explorar las condiciones para que las experiencias que los chicos tengan en la escuela sean percibidas por ellos como auténticas, y a aprovechar todos los recursos que cada docente tiene al alcance de la mano, empezando por la vida cotidiana. Con un estilo claro muestra el potencial que ofrecen -y abre opciones para enriquecer la clase con todo lo que pueden brindar- los maestros "especiales", el legajo escolar, el acercamiento a las escenas cotidianas y los propios alumnos, si es que conscientes y responsables de su propio aprendizaje.