Ante la ilusión generacional que, comprensiblemente, siente que hoy se viven días inéditos y de salto al vacío expresado en los postmodernismos, los desconstruccionismos o los finales de la historia, la lectura de Vilfredo Pareto testimonia cómo, desde hace más de un siglo la llamada globalización vela sus armas y se prepara demoler las suaves certezas políticas del humanismo. Si en nuestros días esa globalización parace ofrecer un punto sin retorno y, lo peor, sin alternativa para sus perdedores, Vilfredo Pareto y su viejo preceptor Giambattista Vico muestran que ni el "neoliberalismo" ni el "neoconservadurismo", ni todos los "caos" y las "complejidades", representan sorpresas en una historia del mundo que oscila y engaña a sus criaturas. En el universo poblado de paradojas de Pareto habitan también las crisis mundiales entonces bajo la forma de las crisis europeas, los desagarramientos del pensamiento que, a partir de allí, sofocan más y más la inteligencia del pensamiento individual y lo substituyen por el pensador corporativo. Dominado por el fragmentarismo y la especialización, el pluriverso prágmático que Pareto ve asomarse en sus tiempos le convence de que allí se dibuja el primer totalitarismo universal cruelmente disfrazado de libertad y democracia.