Descripción de la obra
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La corrección teórica de la imputación concreta se
expresa en su operatividad; su cuestionamiento semántico solo alcanza ese
plano; en efecto, la imputación concreta es solo la expresión nominal de la
pretensión procesal, que constituye el desarrollo más acabado de la teoría del
proceso, en ese orden, es irresponsable la temeridad de quienes pretenden su
cuestionamiento con desconocimiento de las bases procesales.
La imputación concreta exige proposiciones fácticas
que describan un segmento de la realidad, conforme a las características
normativas que definen el tipo; este es el presupuesto para una actividad
probatoria, eje epistémico para una valoración objetiva y racional de la
prueba, alejado de los estándares subjetivos de íntimas convicciones y demás
calenturas punitivistas.
En esta obra, seria y coherente, el autor atiende el
llamado que la sociedad hace a la academia en tiempos de crisis y está
concebida de tal forma que conduce desde los fundamentos de las democracias
constitucionales, hasta las prácticas procesales compatibles con ellos.
Aportes tan valiosos como estos, son necesarios y
esclarecedores y deben ser apropiados por la doctrina y la judicatura, pues son
útiles para superar el frío texto de la ley y para aproximarse al modelo de
proceso penal que se infiere de los estándares internacionales y del
constitucionalismo.