Descripción de la obra
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Cuando el orden social se derrumba y no quedan
muchas cosas que conservar, sino la esperanza y la necesidad de reconstruir un
mundo inteligible y una convivencia posible, los elementos políticos de la
construcción pasan a primer plano. Ello determina una perspectiva desde la cual
todo cambia, sin dejar espacio para las trivialidades, ya que esa tarea debe
ser hecha entre todos y porque el lenguaje habitual de la criminología, cuya
influencia en la percepción del orden del mundo y en la orientación de la
acción social son evidentes, suele ser empleado para favorecer las exclusiones
y difundir la violencia, y esto debe ser evitado. Y lo que en otro contexto o
con otra ingenuidad conserva su razón, acá ya no la tiene. De allí el nombre de
este libro, que intenta dar razón de esa disciplina, explicarla, encontrar su
sentido o descubrir que (ya) no lo tiene, apelando a una razón política que hoy
está tanto ausente de su discurso como del contexto en el que despliega sus
saberes.
No se trata de un discurso al modo técnico del saber
criminológico europeo, que crítico o reaccionario o como sea es el modo
profesionalizado que se ha expandido por doquier, pero sí al modo de ser en el
que Occidente ha determinado nuestro saber y nuestra subjetividad, y al modo de
ser que nuestro contexto nos permite. Se trata de un texto que procura
descifrar que la Criminología, ese saber técnico nacido para clarificar el
comportamiento incorrecto y diseñar los mecanismos de control social, debe
tener menos en común con el derecho penal que con el derecho de la
Constitución, y que, aunque su discurso se empeñe en oscurecer esta relación,
su esencia y su raíz son exquisitamente políticas.